Calentamos un sartén a fuego alto. Mientras tomamos el salmón fresco y lo condimentamos con sal y pimienta.
Colocamos el salmón en el sartén con la piel hacia abajo y pasado 4 minutos le damos la vuelta al salmón. Retiramos la piel con ayuda de un tenedor. Como es un pescado graso la piel se retira con mucha facilidad. La puedes dorar en la freidora de aire y tener un snack saludable en minutos.
Retirada la piel, bajamos el fuego a medio bajo y seguimos con la cocción del salmón.
Desmenuzamos el salmón con el tenedor hasta tener pedazos entre medianos y pequeños. Le agregamos el zumo de medio limón. Dejamos que se cocine el salmón un poco más en su propia grasa y retiramos del fuego.
Reservamos 200 gramos de salmón para la pasta y el restante lo guardamos para otra receta o lo que quieras hacer después.
Calentamos otro sartén grande o una olla, agregamos la cucharada de aceite, los vegetales y el ajo, sofreímos.
Cuando los vegetales estén tiernos agregamos la crema de coco, los champiñones congelados y dejamos cocinar por 2 minuto con la olla tapada.
Agregamos el agua, tapamos la olla y dejamos el fuego alto. Una vez que alcance la ebullición agrega la sal, la mostaza en polvo y el curry, mezcla muy bien.
A continuación, agregamos la pasta sin gluten. Mi pasta es de 8 minutos de cocción, así que al pasar 5 minutos agregamos el almidón de tapioca tamizado, removemos enérgicamente (revisa el tiempo de cocción de tu pasta).
De inmediato, añadimos el salmón reservado y revolvemos otra vez. Prueba el sabor y si deseas ajusta la sal.
Cuando se haya reducido la salsa y la consistencia de la preparación sea cremosa, retiramos del fuego y agregamos la pizca de pimienta negra recién molida.
Sirve la pasta caliente y decora a gusto.
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