Deja tu mantequilla fuera de la nevera para que esté a temperatura ambiente y precalienta el horno a 85 °C.
Coloca la mantequilla en un envase refractario pequeño pero profundo.
Deja el envase con la mantequilla en el centro del horno por 10 minutos a 85 °C.
Pasado el tiempo observaras 3 divisiones: agua, grasa y proteína. Ahora eleva la temperatura a 100 °C por 5 minutos más.
Terminado el tiempo, añade otros 5 minutos más, pero con un ligero aumento de temperatura entre 105 a 110 °C. El agua se evaporará. La proteína e impurezas quedaran separadas de la grasa por tener diferentes densidades.
Apaga el horno y deja reposar tu mantequilla en el interior de este por 5 minutos sin moverla.
Retira la mantequilla clarificada del horno con mucho cuidado, el movimiento brusco dañaría todo el proceso.
Con la ayuda de un tenedor o cuchara puedes retirar las impurezas sólidas suspendidas en la parte superior.
Ahora solo tienes grasa (mantequilla clarificada) y un desecho blanco en el fondo. La grasa la pasas cuidadosamente a tu envase final (limpio y seco), con muchísimo cuidado.
Yo coloco un colador de malla fina para que ningún residuo caiga en mi envase principal de mantequilla clarificada. La parte blanca la desechas. No la tires a la cañería, puedes almacenarlo en un frasco y darle mejor disposición final.
Como la mantequilla clarificada está aún caliente, te recomiendo no tapar el envase hasta que esté completamente a temperatura ambiente. Después, puedes guardarla en la nevera o afuera. Siempre tapada para protegerla de la luz si es posible.
Tamaño de la ración 15 gramos
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